lunes, 31 de diciembre de 2012

Lo que no te mata, te hace más fuerte








Pues aquí nos encontramos,poco a poco el año ha transcurrido, entre noches de soledad y amaneceres junto a ti, poco a poco el año ha transcurrido en un abrir y cerra de ojos, poco a poco el año ha transcurrido como la locomotora que inicia el trayecto en Valencia y llega a su destino en Barcelona. Hoy 31 de diciembre, un nuevo año se suma a nuestras espaldas. Ahora un año más pasa por nuestras cabezas llegando a formar un gran recorrido cuyo destino es nuestro corazón, un recorrido que dura a penas un minuto, un recorrido en el que pasan por nuestras cabezas miles de imágenes, y miles de voces revolotean confusas y con pequeña nitidez sobre nuestra cabeza. De fondo tan solo se escuchan las doce campanadas que nos llevarán a un nuevo año, lleno de promesas, algunas de ellas un tanto estúpidas pero en este mismo instante te parecen importantes, nuevas proyectos que tal vez llegues a realizar y otros se quedarán para el siguiente año, miles de deseos que se suman a nuestra eterna lista... En este recorrido solo se tiene una cosa clara, o eso parece, no puedes escapar, llegará justo cuando el reloj marque las doce de la noche, cuando una nueva princesa tenga que correr porque llega tarde a casa, qué digo, ya no existen ni  princesas ni príncipes, ni siquiera en las películas con final feliz. Y eso es algo que se suma a la lista de cosas que he aprendido en este eterno año, un año lleno de decepciones, más de las que me podría imaginar en un principio, un año lleno de nuevas lecciones, sin duda. Es impresionante lo que se puede aprender en un simple y a la vez complicado año, pero ahora llega uno nuevo, dejemos el pasado y los recuerdos donde están y no volvamos a recordarlos, por algo forman parte del pasamos y en un futuro se olvidarán. En este recorrido de un solo minuto dejas atrás a todas las personas que decidieron abandonar tu persona, pero por lo menos se quedaron las que eran importantes y se sumaron un par más que han hecho que este año sea un poco mejor. Pero a pesar de todo he disfrutado como la que más con la gente que verdaderamente necesito a mi lado, este año he aprendido que debo de creer más en mi y dejar de recordar las derrotas, ser fuerte y ante todo compartir lo mejor de mi con las personas de mi entorno. Que no sirven de nada las discusiones y hay que disfrutar el momento, y que te pueden ayudar más personas que se encuentran a kilómetros de ti que personas que conviven contigo día tras día. En este año cambié por completo mi forma de ser, cometí cientos de errores y tal vez los vuelva a cometer pero supongo que podré aprender, me tropecé con la misma piedra más de dos veces y me caí junto a ella pero supe levantarme junto a una gran sonrisa y la cabeza bien alta, dándole una patada a la piedra y demostrando a la gente que puedo luchar contra viento y marea y seguir siendo mejor persona.Aprendí a ser un poquito menos orgullosa, de vez en cuando el orgullo se puede enterrar debajo de la cama, tras las sábanas y eso lo aprendí gracias a ti. 

Solo queda ponerse los tacones, maquillarse un poco y salir ahí fuera a demostrarle al mundo que valgo y que fuiste un gilipollas al dejarme escapar, pero ¿sabes qué? Ya no te mereces ni un par de líneas en estos pensamientos.

Dentro de unas horas horas este recorrido pasará por mi cabeza y llegará hasta mi corazón, tal vez se derrame alguna que otra lágrima pero bueno, seguro que será de felicidad al saber que más de una persona comienza el año junto a mí, cogeré una copa y brindaré por mi futuro dejando en el fundir del golpe de dos copas de cava o tal vez champán el recuerdo del pasado. 

Tal solo dar la bienvenida al nuevo año 2013 lleno de nuevos proyectos y alguna que otra promesa, siempre con una gran sonrisa y la cabeza bien alta.






viernes, 28 de diciembre de 2012

Gloom



Nos acostumbramos a vivir tristes, en silencio, en la penumbra que envuelve a nuestro ser.
Aquella penumbra que nos hace sentir inferiores a las personas de nuestro entorno.
Aquella penumbra que nos aleja de lo que día a día deseamos.
Aquella penumbra que nos hace recordar a la persona que amamos un día.
Aquella penumbra que no nos deja ser nosotros mismos.
Aquella penumbra que no te abandona, como el recuerdo del pasado, como el humo de la última calada de aquel viejo cigarro. 
Aquella penumbra que nunca se hace notar pero sabes que está ahí.
Aquella penumbra que te mantiene alerta.
Aquella penumbra llena de recuerdos.
Aquella penumbra que hace ahogarnos en la propia penumbra mientras que lentamente nos destroza por dentro hasta llegar a nuestro último suspiro de la vida.


lunes, 17 de diciembre de 2012






Últimamente los amaneces eran cada día más 
preciosos, solo porque él estaba a su lado, junto a ella, junto aquel ser que permanecía errante de un lugar a otro, en busca de un camino, de un destino… Los atardeceres se habían vuelto más bonitos desde que aquel beso inundó sus labios durante una milésima de segundo, solo porque dos almas se habían fundido en el mismo sentimiento, dos almas, nuestras almas. Los días pasaban, cada vez estaba más unida a aquella alma de la que un día me enamoré mientras tímidamente caminaba por las orillas de la playa mientras que las olas corrían veloces llegando a la orilla y volviendo hacia el mar otra vez más, volviendo como lo hicimos aquel día de verano, si, aquel verano de sonrisas compartidas, de lágrimas a escondidas, de sueños imposibles, de miradas infinitas, miradas perdidas en el horizonte.


  

jueves, 13 de diciembre de 2012

Au revoir.



 

Todo va mejor desde que te fuiste. Ya nada es igual. Después de cruzar esa puerta y girar la esquina, dejé atrás miles de historias, nuestras historias, donde tú eras aquel vaquero capaz de matar los monstruos que se escondían cada noche debajo de mi cama, y yo, yo la chica que aceptabas tal y como era, con sus mil defectos que ella odiaba y las pocas virtudes que en ella encontraba. Desde que te fuiste, actúo por instinto y avanzo hacia delante sin mirar el pasado. Cada día me armo de valor a la fuerza y cómo puedo, me digo a mi misma que voy a poder, que todo va a avanzar cada día, como la locomotora que viaja en primera línea sentada junto a a la ventana de mi corazón, que todo va a estar bien.